Después de terminar mi último libro me decías que cada cosa que iba colocando en palabras en mi diario eran fragmentos. Fragmentos de algo que tal vez algún día, cuando yo quisiera, podía constituírse una nueva novela.
Siempre te dije que era un diario y nada más, y que el mundo debía considerarlo así, es decir como algo sagrado, que nadie debe leer sin autorización.
A la única persona que permito entrar en mi mundo, mi vida, mis cosas y escritos personales, eres tú.
Oigo en mi mente tantas palabras sueltas, tantos vocablos, en tantos idiomas e imagino las mentes de otras personas, imagino su ira, imagino su dolor, su llanto fingido. Imagino y a veces veo sus rostros sabor fracaso, sabor derrota, sabor a nada. A náusea.
Es por es que empecé a decir todas éstas cosas, porque nadie las dice.
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Cuando descansas a mi lado es como si no descansaras. Te ocupas tanto de mis emociones y de nuestra hermosa relación que...
En realidad en este momento sólo me miras y ya me estás abrazando y por eso te amo. Te amo tanto mi amor.
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Afuera el ser humano lloró, sintió dolor, la traición cava la tumba de cada uno, de cada una. Alguna vez, quien amó ya no ama ni volverá a amar. (Voy bien, mi amor?)
Bueno, te decía que es dolor cuando escapo de tus brazos, aunque digas que nunca lo he logrado.
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Hoy al preguntarte cómo te fue en clases, me respondiste con poco ánimo.
... Me dio tanto miedo verte comer en tanto silencio, pero luego recordé que un docente de Filosofía no necesariamente se expresa con palabras, tal vez con emociones o tacto, pero en fin. Verte dormir toda la tarde fue el premio.
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Te he visto mirarme cuando duermo.
Mayu/2021
